El funcionamiento de la mente es básicamente el pensamiento, es el vehículo a través del cual expresamos nuestras convicciones.
Aprender a tener control sobre los pensamientos nos permitirá controlar toda nuestra vida, ya que, de los pensamientos surgen nuestras reacciones posteriores. Por tanto, tal y como pienses, será como te comportarás después.
A continuación me gustaría hablarte de Osho. Osho es un místico indio contemporáneo y una de las diez personas que, junto con Gandhi, Nehru, Buda y otras figuras importantes han cambiado el destino de la India. Él dice que, «la verdadera religión debe basarse en la propia experiencia, en la expansión de la consciencia individual, no en la adhesión a una doctrina, a una iglesia o un ritual».
—Y, ¿qué tiene que ver este señor con el tema de mis pensamientos?
—Pues Osho, básicamente te ayuda a entender que «la mente no es, nada más que la ausencia de tu presencia». Él explica que, «cuando te sientas en silencio, cuando miras a las profundidades de la mente, esta simplemente desaparece. Quedan pensamientos, que son existenciales, pero la mente no se ve por ni ninguna parte».
—Vale, pero sigo sin entender, ¿realmente, que son mis pensamientos?
— Pues básicamente tus pensamientos son creaciones de tu mente, son información procesada captada del ambiente que te rodea y que aparece como un input de información.
—¿Input?, ¿Pero que es esta palabreja?
—Es simplemente la representación de la realidad que te da tu cerebro a través de la mente, para relacionarte con el mundo en el que vives, y serían algo así como notificaciones que recibes en tu móvil y que demandan constantemente tu atención.
Osho a este respecto, hace un símil muy sencillo, en el que explica que, «cuando la mente ha desaparecido y solo existen pensamientos individuales, te das cuenta de que los pensamientos son como nubes: van y vienen, y tú eres el cielo».
Así pues, me gustaría hacerte entender que la idea básica de este capítulo es, que entiendas que tú eres más que tu mente y tu cuerpo. Tú eres pura potencialidad, eres el creador de lo que te sucede, y quiero que entiendas que, a través de ti sucede todo, es decir, todo lo que sucede en el mundo que te rodea lo has creado tú.
Por tanto, si en tu vida existe pobreza, tristeza, insalubridad, no culpes a nadie, eres tú el que lo creas y lo atraes. Y al contrario, si en tu vida existe bondad, amabilidad, riqueza, etcétera; cúlpate a ti de atraerla. Este modo de entender la vida nos ayuda a no culpar nunca a los demás, a entender que la única persona capaz de enderezar nuestra vida somos nosotros a través de lo que pensamos —que podemos ser, hacer y conseguir—.
Se trata de agradecer a la vida, y las pruebas que te pone esta, siendo una persona buena y bondadosa con los demás. Ya que, cuando sabes que estás dando al mundo el máximo de tu rendimiento, este te gratificará.
A este parecer quiero añadir que tampoco es necesario sacrificarse como los mártires por la humanidad entera, pienso que, tan solo predicando con el ejemplo es tarea suficiente para poder marcar un antes y un después en tu vida y en la del resto de personas que te rodean.
A modo de reflexión, quiero decir que, si todo el mundo regara su propia parcela de vida, en vez de echar pestes del resto, la vida se vería de otro color.