Podemos decir que, el término felicidad está últimamente en boca de todos; felicidad por aquí y felicidad por allí, lo que le lleva a uno a preguntarse: ¿es posible alcanzarla?
Respecto a esto, el famoso divulgador científico Eduardo Punset decía lo siguiente:
«La felicidad está en la sala de espera de la felicidad».
Y es verdad, y lo corroboro con un ejemplo que ponen los alpinistas: este se da cuando nos explican que debes de disfrutar el ascenso, ya que, una vez estás allí arriba en la cumbre, al cabo de unos pocos minutos la felicidad y el estado de euforia desaparece.
Y es que, somos seres desarrollados para la supervivencia, y nuestra mente está desarrollada para detectar lo que está mal, con lo cual, es muy difícil ser feliz, pero no imposible.
El problema, es que, el cerebro se empeña en detectar las deficiencias para ayudarnos a sobrevivir, es algo evolutivo. Aunque hoy en día, esta función deja de ser algo efectiva, para ser algo que nos afecta en nuestro camino hacia el desarrollo.
Por tanto, lo mejor que debemos de hacer, tal y como dice Punset es
«tener algo de control sobre nuestra vida»,
para poder ser así, un poco más felices —y aquí añado, tener también control sobre nuestra vida interior—.
Actualmente en España, según el Índice global de felicidad elaborado por Naciones Unidas —ONU— nos situamos en el puesto número 36 de un total de 157 países, un puesto genial, por encima de la mitad del resto de países.
Aunque, si contrastamos este estudio de la felicidad con el que realiza Ipsos Global Advisor —el Global Happiness Study—, nos damos cuenta de una cosa, y es que: en primer lugar España forma parte del número 27, siendo el penúltimo, de un total de 28 países encuestados, en referencia a niveles de felicidad.
Además, nos damos cuenta, de que, España ha bajado en nivel de felicidad de un 63% en 2011 respecto a 2019, donde esta obtuvo en un 46%.
La conclusión, es que, algo estamos haciendo mal, y no nos sirve justificarnos en el índice global de felicidad que elabora la ONU, ya que en este, prácticamente la totalidad de la mitad de los países en la parte baja del ranking, son países subdesarrollados.
Debemos a ser conscientes, de que, vivimos en un país donde se vive con una calidad de vida por encima de la media mundial, y es que, que gozamos de una economía estable, donde no escasea , por lo general, ni la comida, ni un hogar donde poder vivir.
Gozamos por tanto de éxito a nivel material en nuestro país, sin embargo, existe algo, un vacío interior espiritual, que cada año nos impide ser felices, llegando incluso a hacernos no valorar lo que tenemos y rebajando nuestros niveles de felicidad año tras año.