Las metas definen como vamos conseguir un objetivo. Por tanto, tal y como hemos hablado anteriormente, las metas se dividen en planes estratégicos y en planes operativos.
A continuación pasamos a describir ambos planes:
Planes estratégicos
Los planes estratégicos definen cómo vamos a lograr alcanzar los objetivos estratégicos.
Los planes estratégicos son los pasos para lograr cumplir la estrategia, estos definen cómo vamos a lograr alcanzar los objetivos estratégicos. Estas estrategias son siempre a largo plazo, y nunca se deben de confundir con los objetivos, ya que este es el error frecuente que suelen hacer las personas a la hora de planificar proyectos.
Los planes estratégicos son el vehículo para llegar a cumplir las estrategias, estos planes hablarán, por tanto, siempre de acciones.
Planes operativos
Los planes operativos se realizan a corto plazo, y son una pequeña parte de la estrategia.
Los planes operativos son las tácticas. Este tipo de planes se realizan a corto plazo, y son una pequeña parte de la estrategia, dicho de otro modo, son el día a día de la estrategia.
Por tanto, debemos de crear planes tácticos cada cierto tiempo y programarlos, ya que esto es clave para poder llevar a cabo los planes estratégicos a más largo plazo.
Estos planes operativos también se pueden aplicar a cualquier tipo de organizaciones, por ejemplo, a nivel personal.
Estos planes operativos se pueden aplicar a cualquier tipo de organizaciones: tanto a nivel personal —ya que, como dijimos anteriormente somos una organización de células y tejidos—, como a nivel de pareja, aplicado a nivel familiar o en una organización empresarial, incluyendo además a las instituciones públicas. Y es que, podemos decir que, estos planes se pueden implementar en cualquier organización existente.
Un ejemplo de táctica sería, si por ejemplo dentro de una organización establecemos el objetivo de mejorar la atención al cliente; entonces definimos un plan operativo, que sería contratar planes de formación para cualificar al personal. Pues bien, las directrices de cómo atender al cliente —sonreír, responder educadamente y saludar cada vez que venga un cliente—, son las tácticas.