José Palma Checa

Somos seres sociales

El segundo pilar, y no menos importante, son las relaciones que tengas con el resto de las personas, ya que la relación que tengas con los demás, determinará como eres.

No hay que olvidar que, según la física cuántica todo está conectado, y es que, aunque no lo veamos físicamente, estamos conectados a los demás a través del principio de causalidad, ya que cada cosa que sucede está ligada a otra, y nada sucede de manera aislada.

Por lo tanto, la interacción, tanto con el entorno, como con las personas, son las que determinan quienes somos, ya que, de otro modo, sino pudiéramos vernos a través de la lente de los otros sería imposible poder saber quiénes somos.

Nos queda, por tanto, ver las relaciones como parte nuestra, y cuidarlas, ya que, tal y como sabemos hoy en día, no somos entes aislados en nuestra burbuja, si no que somos seres que cooperan en busca de la aprobación de los demás. Por ello, es de suma importancia cuidar nuestras relaciones, ya que, es la única manera de prosperar; ayudando a los demás, cooperando en las organizaciones, en nuestra casa, con nuestra familia, con nuestra pareja. Pues no somos entes aislados y nuestra esencia es la interacción.

Lo más importante es, entender que todos somos personas, y dejar de clasificar a los demás, ya que, al cerebro le gusta mucho poner etiquetas. Estos tipos de clasificación están a la orden del día en nuestra sociedad materialista, ya que clasificamos a los productos en modelos, marcas; pero el problema de esto es que solemos meter en el mismo saco a las personas también. Clasificamos a las personas como: de derechas, de izquierdas, pobres, ricos, hipsters, millennials, de la generación Z, estudiantes, niños, etcétera; y es que, tenemos una lupa que clasifica prácticamente todo el tiempo, pero en el momento que dejamos esa venda y vemos a todos como personas, simple y llanamente, ocurre la magia.

Unas personas visten con ropa cara, otras tienen su vehículo de marca, etc. Cada uno nos identificamos con algo, ya que, gracias al grado de comodidad en el que vivimos hoy en día, nunca hemos tenido que deshacernos de nada material para darnos cuenta de algo básico, y es que somos personas antes que nada. A continuación, expondré un fragmento de «El hombre en busca de sentido», un fragmento en el cual, Víctor Frank —un cautivo judío— cuenta cómo se sentían cuando los nazis los despojaron de todo; y cómo una persona se siente de verdad cuando la despojan de todo lo material, y se encuentra ante la verdadera realidad de lo que somos realmente.

Víctor Frank lo define en esta frase:

— «Mientras esperábamos a ducharnos, nuestra desnudez se nos hizo patente: nada teníamos ya salvo nuestros cuerpos mondos y lirondos —incluso sin pelo—; literalmente hablando, lo único que poseíamos era nuestra existencia desnuda. ¿Qué otra cosa nos quedaba que pudiera ser un nexo material con nuestra existencia anterior?»

Es realmente en este momento, después de leer este fragmento de este libro, cuando empiezas a darte cuenta de lo que somos, y de que lo que realmente nos separa no es nada, tan solo prejuicios y miedos efímeros, que lo único que hacen es alejarnos de lo más humano que existe, nuestra existencia como personas, la cual, está deformada actualmente por la sociedad consumista en la que vivimos.

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