En realidad, los pensamientos son cosas, y son cosas de gran alcance cuando se mezclan con un propósito definido, la persistencia y un ardiente deseo.
Napoleón Hill
Vivimos en un mundo material, el cual, no le da demasiada importancia a la salud mental, es necesario tener algún problema grave derivado de algún trastorno mental para acudir al médico.
Y dados los ritmos y la prisa con la que se mueve el mundo actual, muchas veces los remedios más rápidos son tomar píldoras o pastillas, las cuales básicamente nos ayudan a tapar problemas, que más tarde saldrán de forma agresiva, o de maneras que desconocemos, por ejemplo, somatizándose y deteriorando nuestro sistema inmunitario, para después atacar nuestro cuerpo.
No nos damos cuenta, de que, nuestro organismo es muy frágil y que todo está unido, por tanto, cualquier trastorno psicológico, más adelante se expresará de múltiples maneras, y la mayoría de estas serán físicas. Aquí está el problema, y este es que, todo lo que surge en el mundo material, fue antes creado por el pensamiento.
Cuidar de la salud mental, por tanto, es un deber de todos, ya que necesitamos cuidar lo que pensamos. Y es que, al igual que cuando vamos al gimnasio, también debemos de ejercitar nuestro cerebro, haciéndole cada día trabajar, ya sea, planteándole retos, o mediante nuevos aprendizajes. Por tanto, debemos de salir de nuestra zona de confort y fortalecer nuestras neuronas.